He visto y de seguro muchos de ustedes también esas situaciones ridículas en la vida de pareja en la que uno exige al ajustarse a ciertas reglas, pero que el reclamante no está dispuesto a cumplirlas, generando así un juego de dos reglas, quien tiene el control sesga así las cosas a su favor.
Se aplica a prácticamente todo ámbito de la bi-relación: el tiempo libre, el uso del dinero y recursos, la visita a la familia, salidas con las amistades, las cuentas y contraseñas, el coqueteo y un largo etcétera.
Y de manera particular me referiré a esta última situación que ejemplifica bien a todas las demás, es importante considerar primero que esta acción tiene diferente significado en cada persona y también existen diferentes niveles, pero en la vida de pareja es importante unificar la idea y tener bien claros los límites (si es que va a haber alguno) y equilibrar el punto de vista personal con el de la otra persona.
Pero la realidad es muy diferente, por lo general quien domina es él y es él quien pondrá límites a la "galantería" que ella debe permitir, sin embargo, él podrá mirar, silbar y decir lo que se le antoje en cada situación que se presente, injusto, pero sucede con muuuuuucha frecuencia.
En sentido inverso también es injusto, pero la vida es así, el mundo es así, chancho y sajino.
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