El gran debate

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El gran debate de ayer entre los dos candidatos a la presidencia solo confirmo otra vez que estamos por elegir entre mocos y babas.

Cada uno peor que el otro en cada exposición y utilizando la mitad de su tiempo para atacar al contrincante en vez de expresar y explicar su propuesta, desde una esquina promesas y promesas y promesas, claro, eso cuando no estaba atacando a Cerrón ¿Creerá que está postulando a las regionales? Ya pues, alguno de sus lacayos debiera avisarle que es para las presidenciales.

En la otra esquina una persona sin preparación, igualmente desperdiciando el tiempo en ataques a la escasez de moral de la naranjita, sin propuestas claras y repitiendo las mismas frases vez tras vez.

Pepa Pig no ve nada de malo en mentir, ya dice el refrán: "Miente, miente, miente que algo quedará", su palabra no tiene valor alguno así juré ante su padrino el Escribidor, quien por cierto debería dedicarse a escribir que para eso si es bueno y no meterse en los asuntos de un país del que ha renegado en varias ocasiones.

Hasta ayer tenía determinado no votar por ninguno de esos impresentables, puedo jactarme que nunca he votado por el ganador, no he votado por ni uno de esos presidentes hoy acusados, presos o cobardemente muertos por su propia ladrona mano, pero estoy considerando votar por uno de ellos.

No votaré por quien ya tiene la maña para codearse con los poderosos, los empresarios, los hombres fuertes que mueven dinero como quien respira, tiene la habilidad para acomodarse entre ayayeros y chupamedias, políticos y económicos, esa maña es oportuna para hacerse del poder y deshacerse de los rivales o posibles rivales, todo para enquistarse en el poder y hacer del país su sala de juegos.

Considero que es mejor elegir a quien se convertirá en una piedra en el zapato para los payasos congresales, quien seguirá siendo un apestoso para ese selecto grupo de los grandes empresarios que maneja el 90% del capital peruano, un sospechoso de cuidado para los militares, grupo enorme que encontrarán la manera de vacarlo y dejarlo en la calle junto a sus asociados vicepresidenciales.

Quizá me equivoque, pero esta vez me siento obligado a participar de un lado, espero que no, al final siempre se le podrá culpar a alguien más... como dicen algunos herejes: La voz del pueblo...